La maternidad, además de hijos, me dio algo sin lo cual no hubiera sobrevivido. Me dio amigas-madres. Y por suerte bien locas y revolucionarias.
Ellas son mi compañía diaria en este camino. Lo hacen mas lindo, mas fácil, mas luminoso.
Y también van a acompañarme por acá, no voy a escribir sola.
Ellas son: Ámbar, Cielo, Paz y Luna
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